jueves, 1 de noviembre de 2012

Fortaleza

Dicen que no puedes ser valiente sin tener miedo, que el valor es enfrentarte a tus miedos. Ojalá no supiera lo valiente que soy, aunque tener tanto y tantos miedos no me cuadra con la valentía.

Dicen que para ser fuerte tienes que tener problemas, que la fortaleza no se puede demostrar en épocas de bonanza. Ojalá no supiera lo fuerte que soy, tener que levantarse una y mil veces sólo me lleva temer las caídas.
Dicen que las penas y los golpes de la vida son inevitables y sé que tienen razón. Y te acostumbras a que siempre ronden por ahí y a capear el temporal, aunque eso te agote.
Y llegan cosas buenas, pero entre tantos zarpazos a veces ni se distinguen. Porque los zarpazos siempre llegan. A veces es una puñalada directa en el corazón y te la esperabas, pero no por eso duele menos, eso sí, con el premio agridulce de haber acertado en quién no podías confiar.
Otras veces recibes un puñetazo en la boca del estómago y te derrumba. Te quedas sin aire y hasta sin fuerzas para andar, y desde el suelo te preguntas por qué, por qué duele tanto, por qué así sin avisar, por qué siempre parece que la vida de los demás es más sencilla.
Y aunque no puedes más, logras enjugarte las lágrimas y vendar tus heridas y te levantas trastabillando y temblando. Y percibes sonrisas burlonas y comentarios hirientes ante tu supuesta debilidad. Y no puedes explicar que tus fantasmas se amontonan. Y piensas por qué para ti es tan difícil respirar. Sabes del mérito que tienes por seguir haciéndolo, pero no te lo acabas de creer, porque es algo tan natural que no debería costarte esfuerzo, sólo que para ti es un esfuerzo enorme, tan grande que te desgasta día a día, reto a reto, porque todo para ti es un reto.
Y un día, por un segundo, te descubres sonriendo, y hasta piensas que eres fuerte y que estás bien, hasta que vuelve a costarte un mundo lo más sencillo, y entonces piensas que todo era un sueño, que nunca lograrás vivir sin más, y a la par tratas de convencerte de que no es así, de que lo que haces tiene mucho mérito, de que has avanzado muchísimo, de que no estás abajo otra vez, de que mañana volverás a sonreír y a sentirte fuerte, aunque parezca que tendrás por siempre un agujero en tu alma.

4 comentarios:

  1. Increíble como has expresado muchas de las cosas que me rondan por la cabeza ultimamente.
    Porque uno puede parecer muy débil por no ser capaz ni de salir de casa,y sin embargo a veces se necesita tantisima fortaleza para simplemente levantarse de la cama...

    Un abrazo

    ResponderEliminar
  2. En realidad esto lo escribí hace un tiempo, no demasiado, pero no es reciente. Sin embargo, bien sabes tú que nuestros fantasmas los arrastramos más de lo que quisiéramos... lo que nos demuestra lo fuertes que somos. Ojalá no lo supiéramos, Amapola, pero menos mal que lo somos.
    Otro abrazo para ti

    ResponderEliminar
  3. La verdad es que os entiendo mucho más de lo que me gustaria. Pero es cierto aunque algunas veces parece que hasta el grano de arena más pequeño nos aplastara, que un pequeño soplo de brisa nos barrera de la faz de la tierra, que la corriente más pequeña nos llevara al fondo y que ya no podremos salir a flote. Pero creo que aunque en algunos momentos las fuerzas de todo el día se nos terminen simplemente en el esfuerzo de levantarnos de la cama y ponernos la mascara delante de la gente a la que queremos, eso no nos hace menos fuertes o menos valientes que al resto de personas. Simplemente significa que estamos agotados, terriblemente agotados de luchar para seguir sobreviviendo, estamos cansados de luchar simplemente para conseguir mantenernos a flote. Pero aunque esto parezca poco, a veces nos parece un mundo. Puede que a otras personas les parezca muy poco o ridiculo que sintamos esto, pero sinceramente creo que mucha gente que se cree invencible, que dice ser muy valiente y no tener miedo de nada o de casi nada habria sido incapaz de enfrentarse a un día de la vida de cualquiera de nosotros, supervivientes. Esa persona o esas personas estarian aterradas intentando escapar de dicha realidad, nosotros aqui seguimos, puede que caigamos una y mil veces, pero siempre más tarde o mas temprano nos ponemos de nuevo en pie y seguimos luchando un día más, un paso más, tan solo eso, pero aunque parezca poco ya es mucho.
    Sinceramente creo que aunque no nos sintamos fuertes y valientes, lo somos y mucho.
    Ave Fenix.

    ResponderEliminar
  4. Yo también siento que nos entiendas tan bien, Ave Fénix. Y qué razón tienes en lo que dices.
    Un abrazo

    ResponderEliminar