viernes, 16 de noviembre de 2012

Aceptar


Hay veces en que no paramos de preguntarnos el porqué
aunque sabemos que no tiene sentido
…que no tiene sentido aquello que ocurrió,
que no tiene sentido que nos pasase precisamente a nosotros
y que tampoco tiene sentido gastar nuestras fuerzas en tratar de entender.
Sabemos que no se trata de entender sino de aceptar, asumir y seguir adelante.
Pero seguir adelante no es forzarnos a no mirar atrás,
seguir adelante no es olvidar lo que pasó,
porque nada puede borrarlo
…y porque si se borrase nos borraríamos nosotros mismos.
Aceptar es asumir que aquello pasó y que no podemos cambiarlo,
que es así y que no tiene por qué tener lógica ni ser justo,
y que el dolor es normal y la cicatriz también.
Pero hay cosas que son terriblemente difíciles de aceptar,
porque no paramos de preguntarnos por qué
y de culparnos porque aún nos duela tanto.
Hay cosas que son terriblemente difíciles de aceptar,
que son terriblemente difíciles de aceptar que nos pasasen a nosotros,
cosas que parecen empujarnos a pensar en lo injusto de la vida,
cosas que aparecen y reaparecen cuando algo más nos lastima,
cicatrices que duelen siempre los días de lluvia
….o cuando algo remotamente se nos asemeja a la lluvia.
No está escrito que la vida tenga que ser justa,
pero nos hablan de la recompensa del esfuerzo,
del karma y de recibir lo que se da…
e igual esas creencias son las injustas.
Porque hay cosas que se escapan a nuestro control,
hay cosas que no buscamos ni consciente ni inconscientemente,
hay circunstancias que nos viene dadas y que nos marcan,
hay cosas que nos ocurren o nos hacen antes siquiera de tener conciencia propia.
“No podemos controlar lo que nos sucede pero sí cómo reaccionamos”
…pero cómo no reaccionar con dolor ante una herida profunda,
cómo lograr ver un avance si en vez de dos pasos adelante y uno hacia detrás a veces son tres los que retrocedemos,
cómo evitar que un simple roce fortui
to despierte ese dolor lacerante… y volver a anclarnos en el porqué.
Cómo desprendernos de los lastres que se nos impusieron para poder volar libres.

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