sábado, 23 de marzo de 2013

Sin darme cuenta


Quisiera elevarme del suelo y flotar sin más,
dejarme llevar por el viento sin importar certidumbres,
sin precisar caminos y sin apegos ni cargas.

Pero me pego al suelo, bajo el peso de lo incierto,
con los lastres de la impotencia y la indecisión,
dudando de todo por momentos,
en ocasiones temiéndolo todo.

Y me arrastro, me siento, me levanto y me tumbo,
y suelto amarras sin deshacer nudos,
y emprendo el vuelo sin alas y sin escoba,
y lloro mientras sonrío y río partida en mil pedazos,
y camino sin moverme y retrocedo avanzando,
y sin darme cuenta de cómo, vivo.




lunes, 18 de marzo de 2013

Saliendo a la luz



Es duro resucitar, es muy difícil.
Porque una no sabe,
lo que recuerda no sirve,
lo que sirve no sale automático,
lo que sentía sigue ahí y ya no vale,
lo que siente es tan real que parece fantasía.
Y apenas existen fuerzas,
los músculos están desentrenados,
los caminos están borrados,
las emociones están revueltas y entremezcladas.
Las cosas no son como eran,
y tal vez nunca lo fueron.
Así que una trata de construirse un nuevo mapa,
de aprender a andar sin mapas,
de pararse cuando está agotada
y decir: “No pasa nada, soy humana y me canso,
soy humana y no puedo funcionar siempre al máximo,
soy humana y ya no quiero ser perfecta
…ya ni siquiera quiero que me entiendas,
aunque me gustaría que me entendieras y me valoraras,
y si no puedes entenderme al menos no me critiques
que mi mente ya es experta en hacer eso”.
Y al fin sé que no lo necesito, ni tu aprobación ni mi crítica,
ni rieles en el camino ni claridad en lo que siento
ni en lo que soy ni en cómo vivo todo eso.
Ya aprendí que ser perfecta es no ser yo
y es depender de vuestra mirada y vivir sin centro.
Ya aprendí que nunca es tarde para cicatrizar heridas
ni para construir aquello que se me quitó desde el principio,
y que no es una tara ser diferente porque me robara la inocencia,
porque me envenenaran la confianza en vosotros y en mí.
Ya aprendí que anularme fue mi táctica para sobrevivir y que funcionó
…pero hoy ya no me sirve y decido dejarla atrás.
Ya aprendí que no es cierto que nada depende de mí,
pero no olvido que no todo depende de mí,
y lo que hoy sí que depende de mí es este paso vacilante
o este rato sentada recobrando fuerzas
o este salto con brío de tres escalones al precio de uno.
Y siento el sol y la lluvia, siempre fieles y hoy tan diferentes.
Y resucito a mis viejas yos junto con la nueva
y asomo a la luz con ese poso inmutable y constante,
con ese algo siempre diferente.

miércoles, 13 de marzo de 2013

Un respiro


Quisiera saber por qué las nubes son blancas
y por qué dibujan historias en el cielo,
pero me basta verlas pasar para que se me olvide.
Quisiera saber por qué el viento a veces silba
y por qué a veces grita y gime de dolor,
pero me basta sentir su abrazo para borrar lo demás.
Quisiera saber lo que tu corazón calla,
lo que esconde su sonrisa y lo que ocultan vuestras lágrimas,
pero me bastan ese latido, esa sonrisa y esas lágrimas.
Quisiera saber por qué la tierra sigue girando,
desde cuándo brilla la luna y dónde viven las hadas,
pero me basta ver crecer a las flores y jugar a los dragones.

jueves, 7 de marzo de 2013

Echando a volar


Es extraño cuando te miras a los ojos
y te repites lo que tantas veces te has dicho
y hasta ahí todo es normal,
hasta que te das cuenta de que te lo estás creyendo,
que tu niña interior te mira con absoluta confianza,
que por fin has conseguido creer en ti.
Ya antes te había parecido intuir que ella se relajaba,
que parecía que quería hasta creerte
…pero tú no te atrevías a hacerte ilusiones,
tu sensatez te decía que era sólo un destello,
que ese espejismo se desmoronaría como tantos otros.
Pero hoy has vuelto a pararte y a mirarla
y ahí estaba ella tan tranquila, confiada,
sabedora de vuestros miedos y fantasmas,
consciente de lo mucho que podéis mejorar,
pero creyendo que eso no importa,
que lo importante es que tú estás ahí con ella
y que tú tienes recursos para cuidar de ambas
y que hasta eres capaz de lograr, sin más, vivir.
Es extraño repetirte las mismas frases,
insistirte en los mismos principios y creencias
y notar que algo ha cambiado,
ver que todo es lo mismo y sentirlo diferente.
Es extraño, pero hoy no te da miedo.