Hace ya un mes que escribí esta entrada y no me atreví a publicarla. Hoy me he decidido. Pienso que la base permanece, aunque algunas cosas son distintas o seguiría sin poder mostrárosla.
El perdón es algo muy
extraño. Tiene tantas implicaciones y recovecos que no me gusta pensar en él.
Prefiero avanzar a mi ritmo, sin poner nombre a lo que pienso o siento al
respecto, y desde luego sin ponerme meta a la cual llegar. …pero a veces la
palabra “perdón” salta delante de mí para que le haga caso.
Perdón, olvido,
rencor, consecuencias, cicatrices… ¿Cómo voy a olvidar el daño más profundo que
se me infligió? Es más, ¿cómo podría hacerme a mí misma algo así? Porque si lo
olvido sería como si todo mi sufrimiento hubiese sido en vano, como si nunca
hubiese pasado, como si mis heridas fuesen una debilidad mía y no consecuencia
de sus actos… pero en cierto modo mis heridas son mías, mi proceso es mío y mi
fortaleza ganada a costa de mil batallas estarán ahí aunque nadie más las vea.
Pero olvidar… sería dejarlos a merced suya, sería dejar de estar a alerta…
sería como si sus actos no tuvieran consecuencias… sería como darles la razón a
los que dicen que no fue tan grave y a los que dicen que no tiene por qué
volver a pasar…
¿Es eso guardar
rencor? Supongo que sí, porque una parte de mí no deja de clamar al cielo que
pague por lo que hizo, que no es justo que tenga nada bueno, que nada tiene que
poder redimirle… Y aunque el resto de mí piense que ya pasó, que fue
circunstancial, que ya pidió perdón… pese a eso, lo otro pesa demasiado.
Y pienso que tengo
derecho a liberarme de la carga de no poder odiarle pero tampoco perdonarle,
pero también pienso que tengo que liberarme de la obligación de perdonarle, que
no tengo por qué compartir mi vida con él más que en lo indispensable, que las
heridas fueron tan graves que su sombra todavía me persigue y si alguien me
roza me siento morir…
Me gustaría poder
culparle de todo lo malo que ha pasado en mi vida, de todas mis taras y mis
corazas, de todas las limitaciones que yo misma me he puesto intentando
sobrevivir… pero sé que eso tampoco es justo, que mis reacciones y mi forma de
sobrevivir son sólo cosa mía, por mucho que el daño que ocasionó esa respuesta
fuese cosa suya.
Y con tanto rencor en
el alma no puedo avanzar. Porque no puedo perdonarme a mí misma el no
perdonarle ni el ser débil. Porque no puedo perdonar a otros sin vincular en mi
interior todos los daños y las ofensas. ….porque me empeño en ponerle nombre a
lo que no lo tiene, me empeño en ponerle meta a un proceso largo e indefinido,
me empeño en saber lo que “debe” ser, me empeño en querer sentir algo que no
puedo o que al menos aún no puedo …me empeño en seguir aferrada a él y al
pasado a través del daño en vez de centrarme en mí y en el futuro y en todo lo
que merezco vivir.
Y no sé cómo hacerlo,
no tengo ni idea de cómo hacerlo, sólo sé que ahora estoy aquí… aunque tampoco
sea qué o cómo es aquí.
Te entiendo perfectamente, yo no estoy exactamente en el mismo punto que tu estas ahora pero creo que más o menos pienso como tu. Además es curioso, yo empece a escribir una carta a la persona que me hizo daño (por desgracia no ha sido la unica, ni la que más daño me ha hecho desde un punto de vista racional), la persona que quise como a un padre, que de hecho aun a dia de hoy aun quiero como a un padre, el 3 de Mayo, pero en mi caso del 2012, estaba embarazada de mi hijo. La verdad es que me costo mucho terminar de escribir esa carta, de hecho la termine definitivamente en Junio de 2013, y esa persona aun no la ha leido. Hable con el, le enfrente, por telefono y cara a cara en mas de una ocasion y que lea la carta es algo que aun tenemos pendiente, es algo que me debe y lo sabe. En mi caso yo si puedo odiarle, pero aunque una parte de mi le odia, otra parte de mi le quiere. ¿Perdonarle? No se si lo he hecho o no, siento lastima de el y le quiero y pienso que al igual que yo quiero una segunda oportunidad, el también la merezca, no lo se. Mi cabeza piensa que merece ser juzgado (aunque ya prescribio) y pagar por todo el daño que me ha hecho por tantos y tantos años, pero mi corazon siente pena por la persona a la que pese a todo a día de hoy aun quiero como a un padre. Tanto si le he perdonado ya como sino, no creo que tenga ninguna obligación de hacerlo. Según el psicologo esta enfermo. Con respecto a la otra persona que me hizo daño, jamas he sentido ninguna pena por el. Nunca le he querido, es más digo claramente que le odiaba y lo digo sin ningún remordimiento. Nunca me enfrente a el y ahora aunque quisiera hacerlo (que no siento dicha necesidad) no podria hacerlo porque esta muerto hace muchos, muchos años. Fue mucho más dañino, pero me siento menos traicionada por esta persona (por llamarla de algun modo), tal vez porque era mas pequeña, no lo se. Esta persona dice el psicologo que era un autentico psicopata.
ResponderEliminarEn fin creo que si le perdonas porque consideras que es bueno para ti, estupendo, pero si no le perdonas no es necesario. Eso eres tu quien lo decide. Decidas lo que decidas estara bien y sera lo correcto. Lo que si creo es que tienes que perdonarte a ti misma, eso si es necesario, IMPRESCINDIBLE, te diria. Yo estoy en eso, en PERDONARME. También te digo que aunque le perdones, no significa que lo olvides, me temo que seria imposible (al menos para mi seria imposible olvidarlo, aunque me encantaria). Tanto si lo perdonas como sino yo creo que no te estas traicionando, ni traicionas a tu niña interior, más que nada porque tu niña interior y tu sois la misma persona. Significa desde mi punto de vista que una no puede perdonarle si la otra no lo hace.
Animo.
Sabes es curioso, me siento intranquila al escribir todo esto y que alguien lo lea. Tal vez porque estoy siendo muy clara, muy directa y me da miedo que alguien lo lea y sepa quien soy. Es ridiculo, entre otras cosas porque lo escribo como alguien anonimo, porque firmo con un seudonimo. Y porque es ridiculo que me sienta como si estuviese haciendo algo malo. Por esto mismo aunque estoy tentada de borrarlo y no darle a publicar, voy a hacer justo lo contrario, publicarlo. Yo no tengo nada de lo que avergonzarme, ni nada que ocultar, o nada por lo que esconderme, yo no he hecho nada malo, ni he cometido ningun delito. Asi es que como dice mi psicologo, aunque yo seria una persona que tiene miedo a volar, pese a todo lo haria.
Ave Fenix.
Muchas gracias por compartirte, Ave Fénix, sé que no es fácil pero también creo que es importante ir quitándonos lastre de nuestra mochila.
ResponderEliminarYo no sé bien en qué punto estoy, ni sobre qué exactamente, pues pienso que son varias las cosas que perdonar y que perdonarme y todas se entremezclan.
Lo que sí sé que ahora tengo una concepción distinta de la perdón de la que tenía antes: creo que el perdón atañe más a una misma que a nadie más y que tiene mucho que ver con la serenidad y la aceptación.
Un fuerte abrazo.