En brazos de la luna

miércoles, 30 de octubre de 2013

¿Y si lo que no mostramos de nosotros mismos es precisamente lo que nos hace grandes?

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La vida está llena de cosas buenas y malas. Hay tormentas grises preciosas y paraguas de colores que gotean, días de sol que nos achicharran y cubitos de hielo que nos estremecen… o igual todo lo contrario.
Todos cargamos lastres y pesados fardos a nuestras espaldas. Algunos además tenemos cicatrices tan tempranas que no sabemos lo que somos sin ellas… cicatrices que siempre duelen los días de lluvia.

Hace tiempo entendí que no se puede guardar dentro todo el caos, todo el dolor, todo el miedo. Airearlos quizás no haga que desaparezcan, pero alivia la carga.

Todo lo demás, los pequeños placeres del día a día, los destellos de felicidad, la alegría siempre en el fondo… todo eso prefiero conservarlo bien adentro. Los rayos de sol, el viento, las flores, la lluvia, los colores brillantes de un día gris, los abrazos, las caricias, las sonrisas, los besos, las miradas, las risas, las bromas… y toda la gente que en algún momento se ha hecho huequito en mi corazón.